Esta semana, Nieves nos invita a cruzar miradas que inviten a contar una historia. Yo he tardado un poco en sumarme porque el micro con el que quería participar estaba pendiente de ser publicado en un libro sobre microrelatos falleros. Eso ya ha ocurrido. Porque sí, en Valencia estamos en fallas y, aunque no soy precisamente un gran amante de estas ruidosas fiestas, a los efímeros y extraordinarios monumentos si que les tengo un gran aprecio y respeto. A ellos va dedicado este micro:
Embrujo fallero
Las calles de Valencia resplandecen, la música cabriolea los sentidos y las
mascletás ensordecen el alma de alegría fallera; mientras, el embrujo y el
misterio rodean el silencioso instante en el que Batiste, un hortelano
regordete, socarrón y deslenguado declara su amor a Neleta, una pizpireta
señorita de finales del XIX de blanco rostro y sombrilla al hombro. Miradas
quietas, barreras de cartón en ojos embelesados.
Aquella noche de San José, en una solitaria falla de barrio, un encantamiento
tuvo lugar y briznas de ceniza se fundieron elevándose hacia un mágico lugar,
el paraíso donde pasean los ninots enamorados.
Gracias por el regalo de la cita, Nieves. |
Es bello y lleno de ternura... En tan pocas letras hay mucha intensidad.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Muchos besos
En la convocatoria original los micros debían de tener un máximo de 100 palabras.
EliminarMuchas gracias Carmen. Un abrazo.
Ah! la última leí que eran 350, aunque yo me he pasado algo :)
EliminarBesos
No Carmen, me refería que la convocatoria donde presenté el relato originalmente y que ha salido publicado en un libro, debía de tener un máximo de 100 palabras. He aprovechado que tenía cierta sintonía con la propuesta de Nieves para subirlo a los jueves.
EliminarUn abrazo
Buenas tardes, José:
ResponderEliminarFelicidades por tu relato, que por suerte no compartirá el brillo efímero de los ninots.
Debe de ser doloroso ver cómo las fallas consumen su belleza.
Un abrazo
Es precioso, y me encanta leerlo acá también.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mudos testigos... de esa declaración de amor.
ResponderEliminarA veces nos observan y no somos conscientes.
Gracias por participar con este bonito relato.
Besos!!
Precioso micro de las fallas que he aprendido a gozar desde acá... tengo una ventaja, me ahorro el ruido y disfruto de las imágenes, jejeje.
ResponderEliminarBesanises.
Me gusta la union de las fiestas y el amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bien logrado el clima del relato y los detalles del encuentro.
ResponderEliminar=)
Tu relato, me ubica en tiempo y lugar... un tiempo y un lugar que desconozco, pero siempre es bello e interesante, poder vivir costumbres, tradiciones, celebraciones, desde las vivencias y las historias de quien gusten compartirlas. Me gusta la algarabía, el embrujo y el amor... y tu narración no carece de nada de ello.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Uno siente más aun si cabe este micro, cuando vives la nit del foc. Precioso José.
ResponderEliminarUn beso.
Y allá van los amantes, ahora sí, a mezclar sus cuerpos ya ceniza, a disfrutar finalmente aquello que hasta ahora sólo podían expresar con miradas tras barreras de cartón. Me ha encantado José Vte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pues menos mal que no te gustan demasiado esas ruidosas fiestas que si te llega a gustar me vuelvo Neleta y volando en cenizas me fundo con Batiste aunque sólo sea por un día, me ha recordado a los pregones de Semana Santa y es que las fiestas siempre levantan pasiones, al fin y al cabo son cosas que vivimos desde pequeños y el tumulto emocionado alrededor de uno, más los recuerdos de cuando eres pequeño y alguien te llevaba a verlos se unen en mágica conjura para emocionarnos, miles de besossssssssssssss
ResponderEliminarPues menos mal que no te gustan demasiado esas ruidosas fiestas que si te llega a gustar me vuelvo Neleta y volando en cenizas me fundo con Batiste aunque sólo sea por un día, me ha recordado a los pregones de Semana Santa y es que las fiestas siempre levantan pasiones, al fin y al cabo son cosas que vivimos desde pequeños y el tumulto emocionado alrededor de uno, más los recuerdos de cuando eres pequeño y alguien te llevaba a verlos se unen en mágica conjura para emocionarnos, miles de besossssssssssssss
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