Ilustración original de Silvia Lázaro |
El nombre de mi blog nació de este relato.
Los sueños siempre hay que perseguirlos. A veces incluso se alcanzan.
El sueño de la colina
Yo siempre tuve un sueño, subir aquella colina y conquistar el castillo.
Empiezo a subir. Enseguida siento como el temor me atenaza y
me reseca la garganta. Apenas he comenzado y ya hago la primera parada. Me
siento en una roca, de la mochila saco una de las tres botellas de agua que he
preparado y bebo un largo sorbo, hace calor, pero no es la sed el verdadero
motivo que me seca la boca, tampoco es el miedo a caerme, a eso estoy
acostumbrado. Es el miedo a no lograrlo, el miedo a un nuevo y definitivo
fracaso.
Recuerdo la primera vez que lo intenté, tenía ocho años. Eran las
vacaciones de verano y toda la pandilla de amigos subía la colina con
desmesurada agilidad hasta llegar a lo alto, a las ruinas del viejo castillo.
Yo miraba desde abajo incrédulo y acobardado, fue entonces cuando todos se
decidieron a animarme con un interés y un entusiasmo como sólo los niños y los
amigos son capaces de dar. Resuelto a intentarlo, rechiné los dientes y me
lancé a la conquista de la colina.
Los dos primeros metros de subida fueron los más complicados, también los
únicos. Con las manos y los brazos apoyados en las muletas hacía toda la fuerza
sobrehumana que me era posible para arrastrar la funda de hierro que mantenía
firme mi pierna derecha. Fue inútil, entre los gritos desencantados del grupo
que me miraba desde arriba, una de mis muletas resbaló entre una gravilla de
piedras y caí pesadamente hacia abajo. La extensa muestra de rasguños por todo
el cuerpo y las mordeduras de los hierros en la pierna fue el resultado de la
hiriente derrota.
Al año siguiente, ya olvidado el episodio y con fuerzas renovadas, volví
a intentarlo. El resultado fue el mismo. Lo habitual tras el doloroso
escarmiento era esperar abajo, a los pies de la colina, lanzando piedras a los
guijarros y a los pájaros hasta que ellos, mis amigos, se cansaban de jugar al
escondite entre aquellos muros descascarillados y bajaban la ladera incansables
y a toda prisa. En los dos años posteriores insistí, con más tesón que
sensatez, en realizar nuevos intentos, todos ellos acabaron en los
acostumbrados descalabros. Durante muchos años cedí a la lógica absurda de que
nunca alcanzaría la colina y dejé de intentarlo. Pero el sueño de romper esa
lógica y conseguir algún día alcanzar la cima, siempre se mantuvo vivo.
Y hoy es el día que quiero hacerlo realidad.
Ya conocía el relato pero me ha encantado volver a leerlo! Es precioso!!
ResponderEliminarHay una frase que dice Clint Eastwood, que por cierto mi abuelo era clavadito a él, en la peli "LOs puentes de Madison" que a mí se me quedó grabada:
"Los viejos sueños eran buenos sueños, nunca se cumplieron pero me alegro de haberlos tenido"
Pues eso ;)
Muchos besos, valenciano!
A mi también me ha encantado volver a leer el relato. Sigamos soñando mientras nuestro cuerpo resista, es que no se me ocurre otra manera de vivir. Felices días y muchos besos familiares.
ResponderEliminarEs un cuento tremendo, me encanta por el hecho del modo en que la ilusión sigue adelante, pese a que pareciera imposible. Sueños que pueden parecer imposibles, pero que han de mantenerse.
ResponderEliminarMe encanta el espíritu del cuento.
Un abrazo, amigo.
Cada cual tenemos nuestra propia colina, o montaña, a la que queremos subir.
ResponderEliminarTú lo has logrado con tu blog y con esta entrada.
Me gusta tu entusiasmo, esa tenacidad del niño en subir y no rendirse a pesar de no conseguirlo
ResponderEliminarL avida es de los que no se rinden como tu
Un abrazo
Soñador de colinas, lo lograrás ni que sea inventando relatos y palabras hermosas para contarlo, la voluntad lo puede todo y la imaginación triunfa en lo alto de tu colina.
ResponderEliminarBesito contento.
Sobrecogedor, amigo mio. Es posible que no alcances nunca la cima de esta maldita colina. Yo pieno que no tiene ningana importancia, si lo comparas con los grandes muros que has atravesado, con los enormes desniveles ganados, y con la fuerza que sigues empujando las letras. Eres un campeón de los grandes, un número uno de la voluntad, y la persistencia.
ResponderEliminarUn as de las amistades sinceras.
para mí esto es lo que representas,y quiero que lo sepas.
Un beso.
Estoy segura de que has escalado muchas, muchísimas colinas y escalado grandes montañas en tu vida, solo que esa colina permanecerá siempre en tu mente como un reto. Has conformado un blog en el que muchas personas amigas te dejan comentarios en los que se lee claramente la estima que te tienen, esa es una gran montaña, el lograr el cariño de los amigos poco a poco, y tu blog, una pequeña piedra de ese castillo.
ResponderEliminarGracias por hacer tu blog, gracias por dejarnos conocerte y gracias por ser así de genial.
Beso, cafelito y polvorón.
Tu relato me ha conmovido en lo más profundo.
ResponderEliminarSé que esa fuerza interior que llevamos dándonos impulso es lo que nos hace verdaderamente importantes, especiales y "poderosos"
Un abrazo fuerte.
Creo que ya has subido colinas más altas (y no han sido sueños). Te felicito por ello.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte!
Aunque lo lea cien veces, me seguirá gustando, como todo lo que nos compartes... empezando por tu ser.
ResponderEliminarAmigo mío: Espero que la estés pasando muy bien, que esta navidad sea una gran oportunidad para estar con tus personas más queridas y demostrarlo.
Con lo que pienses, creas y sientas... Recibe mi fuerte abrazo. Estuve muy, muy atareada, por eso no había estado de esta forma, pero tu sabes que si desde el corazón y el pensamiento.
Lo mejor para tu familia adorable, incluyéndote. Reciban mi cariño.
Este relato tuyo es un homenaje a la perseverancia y a la constancia ante las dificultades, por eso me gusta, porque tiene mmoraleja para la vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Como Encarni: perseverancia y sobre todo, esperanza en esa determinación que brota de lugares que poco tienen que ver con las condiciones físicas de cada uno. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo
La ilusión de conseguir algo es tan importante como el conseguirlo. Hay colinas que nunca podremos alcanzar pero son esas las que nos espolean, las que nos estimulan. Puede que nunca alcancemos esa cima pero en el intento lograremos muchas otras metas. La vida es un camino, la meta el final, luego lo que es verdaderamente apetecible es el caminar.
ResponderEliminarUn beso.
Un aliento a seguir, a subir esas colinas que seguro no son fáciles. Leí tu relato tiempo atrás y me da que desde entonces alguna que otra has subido con el único arma que nos da la vida para conseguir sueños, la ilusión...
ResponderEliminarUn beso
Felices fiestas para ti y los tuyos
Un auténtico placer volver a leer este relato, José Vicente. Historia de perseverancia y tesón, historia de superación personal. Seguro que son muchas las colinas que has superado desde esa lejana de tu infancia que da nombre a tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Recuerdo el impacto que me provocó y lo que me dejó este relato... Recién te conocía y ya formé excelente opinión de tí.
ResponderEliminarTrasmites fe, esperanza, sin escatimar la referencia al esfuerzo, pues sin él, pocas cosas se logran.
Ayer oí decír a alguien: tené cuidado con lo que soñas, mirá que a veces se cumplen!!!!!
Seguramente cuando ponemos empeño, voluntad y deseo, los sueños se cumplen, si Señor! y que así sea!
besos
El sueño de la colina, podría ser el título de una novela de J. R. Tolkien. Sueños que no se cumplen, pero que en el ejercicio de intentarlo se madura, se aprende y se consiguen otros más difíciles.
ResponderEliminarNo recordaba el relato, pero ahora creo que lo recordaré siempre que entre en tu blog.
Abrazos
Este relato es maravilloso José, creo que ya lo había leído y me había emocionado. Pero hoy es un día especial para mí, esos en los que las colinas se ven inmensas e inalcanzables, y leer nuevamente tus palabras me hizo ver las cosas de otra forma, creo que yo también voy a comenzar a trepar. Gracias amigo por esta joya, por lo que queda cuando uno llega al final del texto y por esa forma de decir las cosas que siempre me mueven algo dentro mío.
ResponderEliminarTe quiero dejar un saludo muy especial y afectuoso para estas fiestas que están llegando, que pases una hermosa nochebuena y mejor navidad rodeado de tus seres queridos y en paz.
Un abrazo enorme!!!
Si amigo ya habia leido el relato, pero una vez más me maravillo a leerlo, me encanta
ResponderEliminarCiertamente, el fracaso desmotiva, pero hay que dar un poco de tiempo para el nuevo intento. Gran relato que no conocía. Un placer su lectura y su mensaje.
ResponderEliminarRecuerdo muy bien cuando inauguraste este blog con este relato. Los sucesos que desembocaron en ello y que ya forman parte del pasado. Ahora hacia delante, a subir esa colina, ahí es donde está la gloria y tu lo conseguiras.
ResponderEliminarFeliz Navidad y un beso muy fuerte amigo.
Lanzarse a la conquista! que importa si de una tonta colina que ocupa todo el interés de un niño, ya vendrán otros desafíos, mayores en importancia o no, lo que queda es el valor del esfuerzo, sentir el movimiento, y cuando se alcanzan los sueños:...¡qué sabor que dejan!
ResponderEliminarEl sueño de tu colina José vte, como todos los sueños inalcanzables son los mas caros a los sentimientos, te dejo un gran abrazo y muy felices fiestas
Creo que hace tiempo que conseguiste llevar a cabo este sueño, logrando alcanzar la meta deseada: escribir y comunicar a tus lectores todos los avatares y vicisitudes del ascenso, la satisfacción al llegar a la cima y el gozo del descenso...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y felices fiestas :))
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ResponderEliminarMaribel
Un relato magnífico lleno de sentimiento y de magia. Muy buena inspiración para el título de tu blog que espero que dure muchos años.
ResponderEliminarUn abrazo
Cada uno se enfrenta al desafío de su propia colina; a veces nos empecinamos aun cuando sabemos que no es para nosotros; otras veces lo logramos con esfuerzos y sacrificios y vamos dejando en el intento partes nuestras.
ResponderEliminarMe acuerdo de una frase que me gustó mucho: el camino es más importante que la llegada.
Muy bueno tu relato.
Saludos desde Buenos Aires.
Buen relato, José Vicente, pero a mi humilde modo de ver introduces elementos como muletas, hierros... que definen al personaje algo tarde y eso despista un poco al lector, pero consigues lograr la atención suficiente que requiere un relato.
ResponderEliminarUn saludo
Miguel
No debiste dejar de intentarlo. Creo que podrias volver a intentarlo. Mi relato de sueños tambien incluye un castillo. Y soy el proximo anfitrion.
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