A pesar de que no he participado
demasiado este año en las semanas
que organizaba Sindel, no he querido perderme la despedida por este año.
Con mi disculpa por no haberla seguido con la asiduidad que su interesante
propuesta merece, me sumo a la de esta semana 53 con la continuación
personal (y humilde) del extracto de un texto de Eduardo Galeano "La casa
de las palabras"
La casa de las
palabras
A la casa de las palabras acudían los
poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los
poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban que las
miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían
los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la
nariz. Andaban en busca de palabras que no conocían y habían perdido...
Las
palabras necesitaban llamar la atención de los poetas. Algunas, sintiéndose
pasadas de moda, usaban artimañas con las que seducirles: Cáspita se escondía tras
el acento para aparecer de repente dando sustos morrocotudos; candil prendía el
puntito de su i hasta quedar negra y chamuscadita; miserere se retorcía como el
baile de una bruja en cuaresma y soponcio fingía desmayos cual tísica del siglo
IXX. Por el contrario, las nuevas palabras, sabiéndose jóvenes y lustrosas, se
ufanaban con desdén en su modernidad. Birra, despreocupada e indolente, pasaba
los días echada en su frasco, beoda o resacosa;
Euribor jamás entregó una sola de sus letras sin cobrarse el interés; Pilates
se enroscaba sobre sus propias sílabas con la mirada disipada hacia el infinito
y cagaprisas corría y corría por el fondo del frasco con su R tapando la raja
de la G.
Al
final, el poeta escogía con mimo unas de aquí y otras de allá, las necesarias,
y se las llevaba bien guardaditas dentro de un cucurucho de papel; porque
todos, poetas y palabras, eran conscientes de que nunca, pero nunca, nunca,
podrían vivir el uno sin las otras.
—Eeeeh! —se escuchó gritar una vocecita desde la
lejanía del último frasco —por favor no
me olvidéis. Ya sé que soy simple, fina y menuda, pero preguntad y veréis que solo
cuando yo digo FIN todos los cuentos, incluido este, se han acabado.
Regalo de Sindel |
Yo no puedo creer lo que sos capaz de hacer con las palabras, he leído el texto y si no hubiera sido por la tipografía que distingue las letras del maestro Galeano de las tuyas, no me habría dado cuenta de la diferencia. Sos un genio, compañero. Admirable lo que lograste, soy fanática de Don Eduardo y estoy segura que se sentiría honrado de que hayas continuado el texto con tus letras.
ResponderEliminarChapeu! Me encantó!
Gracias por estar presente, no importa la cantidad de veces si no la calidad con que lo has hecho. Sos un buen compañero, generoso y cálido.
Es un honor para mí que estés en mi mundo literario.
Un abrazo gigante!!! Mis mejores deseos para este fin de año y comienzo de año nuevo.
Has hecho un cruce de palabras magnifico. Ha sido un placer participar en la convocatoria de Sindel con compañeros como tu. Un abrazo
ResponderEliminarHola compañero, yo también he estado mucho tiempo sin participae; pero no me he querido perder la última. Has hecho un excelente trabajo con esa continuación del texto de Galeano.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Magnífico!, el año que viene a ver si nos haces gozar más a menudo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vego y te leo varias veces porque nado en la magia de tus palabras, en se juego de ir y venir que, al final, te atrapa.. Y ahí quedo: Atrapada boquiabierta
ResponderEliminarUna maravilla leerte.
Un beso enorme un abrazo que el Año Nuevo nos deje encontrarnos de nuevo.
Felicidad.
jejee qué linda manera de continuar la idea de ese genio de Galeano y homenajear con lujo de detalles a las palabras, medio y objetivo de toda persona que recurra a ellas para manifestar y hacer volar sus ideas y su imaginación.Me encantó!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y muy feliz fin de año!!
Genial Galeano pero tú más!!:)
ResponderEliminarBroche de lujo y un regalazo para Sindel!!
Besos!!
Para ser la última palabra has echo una bella entrada, espero que este no sea el fin de esta andadura.
ResponderEliminarBesos y Feliz Año nuevo 2016
Un cuento bonito y realista al mismo tiempo.
ResponderEliminarEs un placer leerte "no me olvido".
ResponderEliminarUn abrazo.
¡¡Ah, qué bonito!!
ResponderEliminarFeliz años entrante a todos vosotros, que este venidero y nuevo tiempo os traiga días provechosos.
Un abrazo a todos.
¡¡Qué bonito!!
ResponderEliminarFeliz año nuevo y ojalá se hagan realidad todas nuestras utopías en este 2016.
Abrazote utópico, Irma.-
Feliz año nuevo José Vicente.
ResponderEliminarEs un placer leerte, fué un placer coincidir contigo en el 2015.
Tambien fué un enorme placer leer tu libro.
Un beso
Isa