jueves, 9 de abril de 2015

Los jueves relato: El jardín

Jardín de invierno


Sin que apenas te dieras cuenta el tiempo se tornó primavera, algo que tus arrugados huesos agradecen, nunca llevaste demasiado bien esos fríos invernales que escurren el ánimo y encogen el alma. Por instantes, te abres a la vida y retomas los viejos paseos, invitado por la soleada tarde convertida en un apacible espejo de luz, y sientes como la brisa del mar acaricia tu rostro ajado por surcos infinitos, devolviéndote etéreas y lejanas sensaciones de felicidad. Al rato, cuando ya cansado te sientas sobre el banco de piedra, abrigado a la sombra de la acacia, observas el jardín reverdecido de colores frescos y luminosos; saboreas la aromática sensualidad de los hinojos y la hierbabuena; admiras los exuberantes matorrales de helechos y madreselvas y te embriagas descubriendo el esplendoroso arco iris que forman cientos de seductoras flores resplandecientes: tulipanes, lirios y rosas, orquídeas, narcisos y violetas, incluso la humilde margarita se siente fascinante emergiendo por todos los rincones del parque, atrayendo libidinosamente mareas de animalillos a su cortejo de amor. Y te sientes bien. Es entonces cuando caes en la cuenta del niño que despreocupado corretea por el vergel, se para frente a ti y te mira, te sonríe y tú le saludas. Con mano temblorosa tocas su rostro al tiempo que escuchas gritar un nombre, notas nervio en la voz que llama al muchacho quien con rapidez se olvida de ti y prosigue su juego. Con ternura miras como se aleja mientras brumas de recuerdos te envuelven: otro niño corretea y salta despreocupado y feliz; eres tú que te sientes tocado por la plenitud de la inmortalidad, y de pronto comprendes que todo cuanto te rodea ya forma parte del ciclo de la vida.
Vuelves a contemplar el jardín; al fondo, el mar inunda tus sentidos con aromas de sal, lo aspiras profundamente, cierras los ojos y entiendes que ya no buscas, ahora solo esperas, quizás es por eso que te sientes complacido con la grandiosidad que brota a tu vista, la misma que envuelve el gozo de la primavera y que alimenta la dicha de saborear cada nuevo día regalado.


Podéis seguir paseando por más jardines como los de Aranjuez desde La Plaza del Diamante
 

14 comentarios:

  1. Has descrito muy bien la distinta mirada que se tiene a través de los años de ese paisaje ajardinado que nos ha visto crecer.

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  2. Buenas tardes, José Vicente:
    Te felicito por el relato. Realizas una descripción detallada del lugar y de las sensaciones/recuerdos en el personaje.
    Yo también tengo un parque donde mis pensamientos tocan el rostro de mis recuerdos. Mañana, cuando vuelva a él, le leeré tu relato.
    Un abrazo.

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  3. Me gusta el olor a mar en el jardín.
    Un abrazo.

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  4. Eso es disfrutar de la vida, observando todo lo que te rodea y la belleza del jardín, que como el ciclo de la vida cuando llega la primavera florece de nuevo.
    Un abrazo

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  5. Hermoso relato...

    Llegar a mayor y esperar... Otra manera de vivir, otra etapa. Todo se repite, es el ciclo de la vida.

    Muchos besos

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  6. Un lindo jardin introspectivo, lleno de oportunidades aprovechadas y encuentros que cambiaron el destino de tu protagonista, y que al final solo le queda observar los recuerdos con nostalgia. Dura tarea la de envejecer en esta vida. Fue un placer leerte, Jose.
    Un beso
    (Disculpa mi falta de acentos y tildes, pero mi teclado no las tiene)

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  7. Un lindo jardin introspectivo, lleno de oportunidades aprovechadas y encuentros que cambiaron el destino de tu protagonista, y que al final solo le queda observar los recuerdos con nostalgia. Dura tarea la de envejecer en esta vida. Fue un placer leerte, Jose.
    Un beso
    (Disculpa mi falta de acentos y tildes, pero mi teclado no las tiene)

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  8. con el tiempo va cambiando o madurando la sensación que sentimos ante el jardín aunque creo que retornamos mucho a nuestros primeros años de vida amigo José. ¡un lindo relato!

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  9. con el tiempo va cambiando o madurando la sensación que sentimos ante el jardín aunque creo que retornamos mucho a nuestros primeros años de vida amigo José. ¡un lindo relato!

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  10. Dos descripciones a cuál de ellas mejor. Por un lado el variado, colorido y estimulante jardín y por el otro, los sentimientos de paz y madurez que el paso del tiempo deja en las personas; ambas impregnadas de una limpieza y claridad sobresalientes.
    Mañana lo oiré de nuevo.
    Abrazos

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  11. Renacer otra vez con la primavera, aunque los jardines ya no sean los mismos, comprobar que se siguen sucediendo los ciclos no deja de reconfortarnos. Nos sigue haciendo sentir vivos, y eso rejuvenece, siempre.
    Un abrazo

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  12. Un auténtico lujo de relato...emocionante, de un preciosismo magnífico. Me ha encantado leerlo y escucharlo...
    Encantado de haberte conocido.
    Un abrazo

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  13. La serenidad que da la experiencia y el asumir que la vida pasa. Preciosa descripción la que has hecho del jardín. Fue muy bonito escucharlo ayer con tu voz.
    Un abrazo!

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  14. Hoal José Vicente: Yo ya habia lleido tu texto que me pareciió precioso, pero ahora despues de habernos visto, me apetece hablar de otras cosas. Del encuentro, de Aranjuez de todos los campañeros que se volcaron con nosotros para que estuviéramos cómodos. Un auténtico placer convivir con todos. Me ha quedado un recuerdo gratísimo. i si no hay mal que lo impida tendremso que volver. Un fuerte a abrazo

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