Renacer
Nunca pudo
saber cómo llegó allí, pero aquella mañana cuando despertó se encontró un gran
paquete envuelto en un llamativo papel de regalo adosado a los pies de su cama.
Con temor se acercó. No tenía idea quién podría haberlo dejado ni porqué, pero
la noche anterior no estaba. Lo sabía con certeza porque vivía sola y en todo
el día no había salido de casa; también estaba segura que nadie había entrado
por la noche a hurtadillas, vivía en un piso alto y la puerta seguía bien
cerrada. Además, a simple vista todo estaba en orden. Ella no creía en
milagros, ni en apariciones ni en supercherías nigromantes, bastante tenía con
intentar mantener bien firmes unos pies a los que cada vez más el suelo parecía
abrírsele con la intención de devorarla. No estaba siendo su mejor año. Tras la
muerte de su padre y una dura enfermedad, había venido el doloroso divorcio que
la había hundido en una fuerte depresión de la que le estaba costando mucho
salir.
Finalmente se decidió a abrir el paquete que la consumía de curiosidad. Con
cuidado pero con firmeza, rasgó el papel de chirriantes colores que dejó al
descubierto una caja amarilla cerrada por una tapa de color rojo. La abrió.
Entonces ocurrió el hecho más sorprendente que jamás pudo imaginar. Una intensa
luz cegadora le mostró un enorme huevo que justo en ese momento comenzaba a
rajarse. De él salió, entre poderosos graznidos, un gran pájaro de plumas de
fuego; un fabuloso Ave Fénix.
Enseguida recordó cuanto le fascinaban aquellas narraciones envueltas en enigmáticos
susurros que su padre compartía únicamente con ella sobre esa ave mitológica que resurgía de sus propias
cenizas, y que él extraía de un libro de vetusto aspecto que misteriosamente había
desaparecido tras su muerte.
En el libro, lleno de ilustraciones de criaturas fantásticas, se decía que el
Ave Fénix era un símbolo de fuerza, de purificación,
de inmortalidad y del renacimiento físico y espiritual, y que cuando le
llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas para
poner un único huevo que incubaba durante tres días. Entonces aquel extraordinario
ser volvía a resurgir de nuevo lleno de fortaleza y vigor.
Mientras ella
se debatía entre los recuerdos y la fascinación, percibió como sus miradas llegaban a fundirse
en una sola durante un breve y único instante, después el Fénix aleteó el aire un
par de veces y de manera majestuosa voló; atravesó la ventana con la delicadeza
de un gorrión y la solemnidad de un águila imperial y se deslizó entre las
nubes hasta que se convirtió en un pequeño punto en el cielo que finalmente
desapareció.
La mujer todavía permaneció bajo una sensación de hechizo durante varios segundos. Luego trató de buscarlo con desespero. Necesitaba saber. Pero ya no quedaba rastro de aquel ser asombroso, aunque sí le pareció ver que durante un efímero instante, sobre el sol, quedaba marcada la silueta de un imponente pájaro con las alas extendidas, a lo que siguió un fastuoso destello que la envolvió en una especie de manto de luz que la penetró hasta lo más profundo de su ser.
La mujer todavía permaneció bajo una sensación de hechizo durante varios segundos. Luego trató de buscarlo con desespero. Necesitaba saber. Pero ya no quedaba rastro de aquel ser asombroso, aunque sí le pareció ver que durante un efímero instante, sobre el sol, quedaba marcada la silueta de un imponente pájaro con las alas extendidas, a lo que siguió un fastuoso destello que la envolvió en una especie de manto de luz que la penetró hasta lo más profundo de su ser.
Al hacerse la
calma, sintió que irradiaba una nueva belleza; se vistió y salió a la calle después
de muchos días de oscuridad. Cuando el aire fresco de la mañana inundó sus
pulmones, estuvo segura que una mujer cargada de vida había renacido.
Aunque por diversas circunstancias no he podido participar todo lo que hubiera deseado, estas propuestas me han encantado. Ahora que se acaba, quiero dedicarle este relato con todo mi cariño a la hacedora de estas semanas cuyas palabras han durado todo un año. Una buena amiga a la que conocemos como Karina Sindel Avefenix
No tengo palabras para agradecerte este precioso homenaje, con tan bello y emotivo relato. Me has dado una sorpresa única, y soy yo quien tiene que dar gracias por la calidez y el compañerismo que siempre me has dedicado.
ResponderEliminarEs un lujo haberte encontrado en este mundo que a pesar de su virtualidad, logró vencer todas las distancias.
Un abrazo inmenso, como la grandeza de tu alma.
Una historia que irradia aliento, fuerza, y si por alguna de esas cosas, una anda a medio vuelo, ayuda a tomar impulso, como a la protagonista del relato.
ResponderEliminarUn muy merecido homenaje a nuestra querida Sindel, que ciertamente, nos enlazó con las palabras e hizo que este año, tuviera ese plus, para irlo llevando de una manera diferente, semana tras semana.
Muchas felicidades José Vicente. Celebro que hayas retornado con tus escritos, ya que es muy grato leerte!
Besos al vuelo!
Gaby*
Bello y merecido homenaje con un relato que ayuda a retomar el vuelo.
ResponderEliminarFeliz Navidad. Besos.
Un bonito regalo porque no hay como renacer cada día de nuestras propias cenizas.
ResponderEliminarFeliz Navidad José Vicente.
Es un hermoso regalo que transmite en palabras el sentimiento de muchos.
ResponderEliminarBesos
Uhn homenaje maravilloso para nuestra Ave Fenix particular, que tanto lo merece.El relato te ha salido redondo. Una historia muy bién relatada, como corresponde a un gran escritor.
ResponderEliminarQue tengas un feliz año, amigo.
Un precioso homenaje es tu regalo.
ResponderEliminarPorque el mundo bloguero es como una familia unida en la que estamos enlazados entre letras y amistad, por eso mismo, no puedo dejar de desearte unas felices navidades llenas de amor, paz y felicidad y que el nuevo año venga lleno de nuevos proyectos y deseos cumplidos.
Un beso.
placer leerte y ver lo bien que estas con tus letras
ResponderEliminarQue mejor deseo para este año 2015 que hacer realidad todas las utopías, una a una, ánimo tenemos 365 días y 365 noches para conseguirlo.
ResponderEliminarFeliz año nuevo
Abrazote utópico, Irma.-
Muy bello homenaje Jose.
ResponderEliminarQue tus dias se inunde de felicidad y paz que sigas con tus bellos relatos que para mi son regalos
un beso
Isa
Hola José Vte.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu felicitación en mi aniversario de boda.
Me ha fascinado este relato, por fin la protagonista salió de su depresión, como el Ave Fenix salió de sus cenizas, bueno en este caso huevo.
Un abrazo, Montserrat
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este relato, porque invita a resurgir, aún cuando todo parece perdido, de la mano de un regalo lleno de brillo y color. Y es que la vida, a veces, y digan lo que digan los vendedores de penas, nos sorprende con pura magia.
ResponderEliminarUn abrazo